Convertir una maleta vieja en una casa de muñecas

27.11.16

Llevaba mucho tiempo con ganas de convertir una pequeña maleta en una casa de muñecas escala 1:12, para las fotos de mis ratones. Y por fin lo he conseguido, muchas seguisteis el proceso por Instagram Stories, y ya os la he enseñado en mi galería, pero me apetece contar el proceso por aquí, por si a alguien le sirven mis experiencias o se anima a hacer también una. 


Era un proyecto que me apetecía muchísimo y no terminaba de lanzarme porque sabía que necesitaría la ayuda de mi madre, que es una manitas, y siempre me echaba para atrás el hecho de que vivimos lejos. Pero un buen día buceando por eBay encontré la maleta ideal. Era pequeña y con mucho encanto, y bastante barata, unas 16 €. Así que me decidí y la compré. 


Al llegar me pareció preciosa, antigua y con mucho encanto, y pintado en la vieja tela de la tapa superior había un nombre, J Tomlinson, ¿quién sería? ¿Qué uso le daría? Me encantan los objetos antiguos usados porque me hacen volar la imaginación. 

Pero en ese momento comencé a observar alguno de los problemas que me podría dar a la hora de transformarla en una casa para mis ratoncios. Uno de los laterales estaba descosido, y la maleta en general había perdido las formas rectas y se encontraba bastante sucia y en malas condiciones. 




Me surgió un viaje a Asturias de unos pocos días y decidí llevármela por si a mi madre se le ocurría alguna solución. 

Lo primero que hicimos fue retirar la vieja tela que forraba el interior de la maleta, qué de polvo y porquería guardaba debajo. Cepillamos todo el interior ayudadas por brochas, y terminamos el proceso de limpieza con agua y jabón. Yo sabía que quería pintarla entera con chalk paint, pero mi madre en ese momento no tenía exactamente el color que yo buscaba, así que decidimos probar a mezclar chalk paint blanco con un tono azul verdoso de pintura acrílica, el resultado fue muy majo.


Elegí tres papeles pintados para forrar el interior que casasen con el tono exterior y pinté la maleta entera, le tuve que dar varias capas. Mientras tanto mi madre se puso manos a la obra y comenzó a realizar la división interior de la maleta en dos pisos. Esto fue el mayor reto de todos a los que nos enfrentamos en la transformación, porque como ya he comentado la maleta estaba bastante deformada y las líneas no eran rectas. Así que mi madre terminó creando una estructura de cartón, forrada con los papeles elegidos, que luego pegamos en el interior. 


En la foto se aprecia perfectamente cómo las líneas no son nada rectas, no hubo manera de disimularlo más. Para los suelos utilizamos láminas de madera especiales para casas de muñecas, simplemente hay que ir pegándolas en la superficie que hará de suelo con cola blanca, para proteger las láminas de madera les dimos a nuestros nuevos suelos una capa de cera barniz protectora. 


Colocamos unas pequeñas molduras que pintamos con chalk paint blanco para intentar disimular ese efecto curvado de los suelos y techos. 



Durante esos días, y a ratitos, fuimos improvisando soluciones a los problemas que se nos planteaban, y al final lo conseguimos. Supongo que con más tiempo hubiésemos podido hacerlo mejor, pero aún así fue un proceso divertido, un reto, que algunas pudisteis ir siguiendo casi en directo en mi InstagramOs aseguro que mi ratón Blas está muy contento. Aún me quedan algunos detalles finales e ir amueblándola en condiciones, os iré enseñando los avances.



¿Os gusta la nueva casa de Blas? 

Gracias por leer y comentar. 


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6 blablablás

  1. Te ha quedado preciosa... (Ya sabes que al principio no la hubiera tocado ni con un palo)

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  2. Me encanta. Vaya manos que tenéis. Te ha quedado preciosa.

    Besos.

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  3. He seguido tu proceso en IG y me parece que tanto tu madre cómo tú sois unas artistas.
    Tengo una maleta de este estilo que era de mi abuelo y llevamos tiempo pensando en restaurarla al menos por fuera.
    Un beso.

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Tu comentario me hace sonreír siempre. ^_^